Visita al Pardo, aves y berrea

La semana pasada organizamos una pequeña excursión para ver el espectáculo de la Berrea y las interesantes especies ornitológicas que acoge el Monte del Pardo.

Partimos desde la Universidad Autónoma de Madrid hacia Colmenar Viejo, deteniéndonos obligatoriamente en el peaje que marca el Águila Imperial (Aquila adalberti). No falló en la cita y nos observaba atentamente desde su posadero (más cerca en la salida previa a la excursión, pero pudimos verla).

Águila Imperial posada (Aquila adalberti)

Continuando el recorrido desde los coches pudimos observar un vergonzoso zorro que no se dejó ver durante mucho tiempo. El camino que transitábamos estaba salpicado de abundantes Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca); las tarabillas comunes (Saxicola rubicola) se recortaban en los arbustos y alguna paloma torcaz (Columba palumbus) sobrevoló al grupo antes de entrar en una encina.

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)

El resto del recorrido lo realizamos en silencio, embaucados por los sonidos de ciervos (Cervus elaphus) y gamos (Dama dama) que nos indicaban su posición y nos guiaban. También observamos totovías (Lullula arborea) posadas en la pista y algunos bandos de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus).

Alondra totovía (Lullula arborea)

Aún con algo de luz alcanzamos un punto desde el que se podía observar una pequeña charca con varias Cigüeñas negras (Ciconia nigra) y Garzas reales (Ardea cinerea) removían sus aguas. En la visita previa a la excursión estaban acompañadas de Tarros canelos (Tadorna ferruginea) y un Águila pescadora (Pandion haliaetus). También en esa visita observamos colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus).

A medida que se ponía el sol, el sonido de la berrea se hacía dueño del espacio. Los ciervos y gamos parecían ajenos a su alrededor y se llevaron todo el protagonismo.

Cuando se hizo de noche y nuestros telescopios no podían ver nada sobre la tierra, aprovechamos los conocimientos de algunos y enfocamos hacia el cielo, aprendiendo sobre astros y observando incluso a Saturno con sus anillos.

Finalmente iniciamos el recorrido de regreso dando por finalizada la jornada. Al igual que en la visita previa, al menos el primer coche pudo ver una interesante ave nocturna posada en la pista, el chotacabras cuellirrojo  (Caprimulgus ruficollis), ave protagonista  de un nuevo proyecto que realiza el grupo.

Chotacabras europeo (Fotografía de visita previa)

Las fotografías (de Adrian Barrero y Jorge Fernández) son testimoniales y de mala calidad por la escasa luz del atardecer, pero la solución a ello es que nos acompañes en la siguiente excursión y lo veas con tus propios ojos a través de los prismáticos y telescopios ;)

¡Hasta la próxima!

Jorge Fernández

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.