¿Por qué Monticola?

Roquero Rojo

Nuestro nombre, Monticola, es debido al género al que pertenecen dos especies de la avifauna ibérica conocidas vulgarmente como roqueros, como son el roquero rojo (Monticola saxatilisy el roquero solitario (Monticola solitarius). Los roqueros pertenecen a la familia de los túrdidos, por lo que son familiares cercanos de los zorzales y mirlos. En el continente europeo, ambas especies presentan una distribución mediterránea, apareciendo ligadas a los roquedos montañosos, encontrándose el roquero rojo generalmente en zonas más altas. No obstante, ambos pueden nidificar en zonas de matorrales bajos e incluso en hábitats antropógenos, como muros de piedras en bancales, tejados y casas deshabilitadas.

El roquero rojo es un pájaro inconfundible debido al colorido de su plumaje. En el caso del macho, la parte superior de la cabeza y de la espalda son de color gris azulado, aunque en la espalda presentan un contrastado panel de color blanco. Las alas son de color pardo oscuro, mientras el pecho y la cola son de color anaranjado, creando un llamativo contraste de colores. En el caso de las hembras, las partes superiores están fuertemente moteadas y marcadas de pardo, y las inferiores se encuentran formando escamas pardo anaranjadas. El macho del roquero solitario presenta un plumaje azulado uniforme, contrastando únicamente el panel alar, más oscuro. La hembra, al igual que en el caso anterior, presenta el plumaje moteado, con un colorido menos azulado, adquiriendo matices marrones.

Roquero Solitario

El roquero rojo, es un migrador transahariano, por lo que únicamente puede verse en la península Ibérica durante el periodo estival, entre los meses de abril y octubre. En el caso del roquero solitario, mientras las poblaciones ibéricas son residentes y pueden encontrarse en la península a lo largo de todo el año, las poblaciones más norteñas de son migradoras.

El periodo de cría del roquero rojo raramente se inicia antes de finales de junio, correspondiendo así con la tardía llegada a las zonas de cría. Mientras, el roquero solitario inicia la fase de reproducción a finales de abril, que dura hasta mediados de julio, debido al carácter residente de la especie y a que, generalmente, nidifica a menor altitud que el roquero rojo, llegando a hacerlo con cierta asiduidad a nivel del mar. En cuanto a la alimentación, típicamente insectívora, se basa especialmente en orugas, mariposas, gusanos y pequeños caracoles, aunque los frutos también pueden formar una parte importante de su dieta.

Fotos: Andrés M. Domínguez