Monticoleños por Polonia (I): Park Narodowy Ujście Warty

El primer fin de semana de marzo, Mónica García  y servidor, aprovechando que nos encontrábamos por Polonia, decidimos pajarear unos días juntos por estas tierras norteñas.

El primer día visitamos la ciudad de Poznan, donde durante el paseo turístico pudimos observar un gran número de aves de ciudad escasas o ausentes por España, como zorzales reales (Turdus pilaris), grajas (Corvus frugilegus), cornejas cenicientas (Corvus cornix) o gaviotas canas y argénteas (Larus canus y L. argentatus), aunque falló la cáspica (L. cachinnans), en un parque donde la había estado viendo casi todo el invierno.

Un placer disfrutar de estas aves comunes y confiadas en Polonia, frente a su escasez o timidez en España.

Los dos siguientes días los pasamos por el Parque nacional Ujście Warty, en plena frontera con Alemania, hasta el punto que en ocasiones nos encontramos viendo ánsares caretos (Anser albifrons) o campestres (Anser fabalis) entre ambas fronteras. Este parque nacional se encuentra en la confluencia del río Warta y Odra (frontera natural entre ambos países), y es uno de los mejores lugares en Polonia para observar aves acuáticas, lleno de invernantes en invierno, y criando avetoros (Botaurus stellaris), carricerines cejudos (Acrocephalus paludicola) o guiones de codornices (Crex crex), entre otros muchos. La verdad es que nos sorprendió gratamente a los dos, que coincidimos en que el primer día disfrutamos de uno de los mejores días de pajareo de nuestras vidas (cortas por otra parte), estos momentos donde no paras de ver cosas y cada cosa que ves es mejor que la anterior ;) La primera ave que salió a recibirnos fue una pareja de camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula), si bien ya desde el tren pudimos disfrutar relativamente bien del único ejemplar de ratonero calzado (Buteo lagopus) del viaje. Ya en el Parque Nacional lo segundo fue una pareja de pigargos europeos (Haliaeetus albicilla) adultos en display….y acto seguido un juvenil nos pasó a muy escasa distancia, mientras lo observamos teníamos que tener cuidado de no tropezarnos con los árboles roídos por el castor europeo (Castor fiber), y no distraernos con los cortos tamborileos de los picos menores (Dendrocopos minor) de los que pudimos divisar hasta 5 ejemplares, vamos un lugar idílico para observar semejante pigargo.

Paisaje típico del Parque Nacional Ujście Warty y juvenil de pigargo europeo.

Nada más llegar a la primera zona inundada las primeras grullas (Grus grus), porrones bastardos (Aythya marila), moñudos (A. fuligula) y osculados (Bucephala clangula) salían a recibirnos, éstos últimos en display, echando el cuello hacia atrás, estirándolo a continuación e hinchando sus plumas del cuello, impresionante J Sin tiempo para el descanso, un cercano grupo de unos 10  cisnes cantores (Cygnus cygnus), descansaba tranquilamente hasta que los cisnes vulgares (Cygnus olor y también en display), se encargaron de perseguir los cantores adultos uno a uno hasta echar de “su” masa de agua a casi todos los ejemplares.

Pareja de porrones osculándicos (llamados así a que igual les llamaba osculados que islándicos, por lo que optamos por la versión inequívoca de osculándico) y adulto y juvenil de cisne cantor.

La llegada de un nutrido grupo de serretas chicas (Mergelus albellus) llamó nuestra atención. Serretas grandes (Mergus merganser), los citados ánsares, escribanos palustres y cerillos (Emberiza schoeniclus y E. citrinella), pechiazules (Luscinia svecica) y demás especies hasta llegar a las 60 hicieron del sábado un día impresionante.

Grupo de serretas chicas, una delicia.

El día siguiente visitamos la zona sur del parque a primera hora de la mañana, divisando numerosas cabañas de castor y árboles roídos, unos verdaderos ingenieros, a mí personalmente me fascinaron, hasta el punto de hacer cansino el viaje a mi compañera pues era incapaz de dejar de señalar cada árbol o caseta castoril!!!Esta zona del parque es donde predominan las “marismas”, frente a la zona del norte donde son más pequeños ríos y campos de cereal. No obstante, dado que apenas encontramos aves (aun así no faltaron pigargos, serretas chicas, cisnes cantores, etc.), decidimos emprender rumbo de nuevo hacia el norte a escasos kilómetros de donde el día anterior y si bien no divisamos ninguna especie nueva, pudimos disfrutar con el elenco de especies que vimos el día anterior, terminando por despedirnos unas preciosas grullas, cuyo canto nos señala que la llegada de los fumareles y avetoros a dicho Parque Nacional está al llegar, una pena que no podamos realizar una visita en la época nupcial.

Restos de árbol roído de castor y grullas entrando a dormir al Parque Nacional.

Cristian Pérez-Granados

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